Será la felicidad una decisión propia o el resultado de un conjunto de sucesos afortunados sobre el cuál no tenemos ningún control?
Recuerdo que leyendo para un trabajo de preparatoria descubrí que varios autores coincidían que emana del interior como una fuerza reflejo de algo superior dentro de nosotros mismos, el espíritu, el amor, el conocimiento, la meditación, en sí, depende de la persona y las actitudes, maneras, costumbres y reacciones en las que decida desarrollar su diario vivir.
La enseñanza que mejor se me grabó, fue la certeza de que la felicidad es una forma de vida, no un estado de ánimo, e incluso las personas felices requieren momentos de soledad, de tranquilidad e incluso de lágrimas y tristeza, por que justamente experimentar lo que su alma siente les permite conocer su interior, alimentar su espíritu y transformar la energía a su favor.
Obviamente hemos sido bombardeados con la imagen de felicidad consumista y materialista que solo puede alcanzarse al ser más que los demás... un mejor carro, casa, cuerpo, posición económica e incluso una cantidad de productos ridículos que prácticamente te hacen sentir chinche si no los adquieres... Y en esta vorágine nos olvidamos de nosotros mismos, de lo que sentimos y queremos para cuadrar en esa idea de felicidad que se nos ha vendido.
Siempre es más fácil culpar a otro, a las circunstancias o a las carencias de no ser felices, asumir que esa plenitud la atrae el dinero, la belleza, la pareja o la posición social que no tenemos es mucho más cómodo que aprender a conocernos y comprometernos a dar lo mejor de nosotros para lograrlo.
A fin de cuentas creo que ser feliz no se reduce a una sonrisa permanente, a una cuenta acaudalada o a un mundo sin lágrimas, sino a esa tranquilidad y satisfacción con la fuerza suprema de que haces de ti mismo la mejor versión posible cada día que te regala el poder ver su luz.
Sin embargo lo importante es tú idea de felicidad…
Estado de ánimo o forma de vida?