Tiempo es solo un segundo, un abrir y cerrar de ojos.
Tiempo es la eternidad, es el ir y venir de la humanidad.

viernes, noviembre 20, 2009

No, ya en serio ¿¿¿Con mi risa???!!!

Algunas veces la característica que nos hace únicos se convierte en un problema, nos ubica dentro de un mar de gente, nos expone a siempre tener que hacer algo “porque nos sale bien”, nos obliga o a resolver situaciones que realmente no tenemos idea de cómo, nos traiciona cuando lo queremos presumir, nos cuelga apoditos molestosos o la vibra de la gente, o como en mi caso, nos convierte en una fuente interminable de osos y apenadas… haciéndonos sentir de tanto en tanto como bichos raros.

Mi detalle particular: la carcajada sonora que tiende a convertirse en ataque de risa para desembocar en gruñido. Empiezo con tanta fuerza que si hay alguien durmiendo cerca de mí lo más probable es que se despierte (sorry pececito), después si la situación me sigue pareciendo graciosa, me quedo atrapada en una serie de carcajadas continuas ya de menor intensidad pero sobre las cuales no tengo ningún control, incluso mi pancita comienza a dolerme de tanto doblarse, para este punto la gente empieza a reírse de mi risa y eso me da todavía más risa, si logro controlarme quedo como estado de shock del esfuerzo, pero a veces sin querer ya para el final me sale un gruñido escandaloso prueba de mi falta de aire y que definitivamente hace que los demás se rían de mí … Y eso, dependiendo de la reacción y procedencia del auditorio, puede desencadenar una humillación o más risa y todo comienza de nuevo.

No podría ser de otra manera, cualquiera que me conoce sabe que soy muy muy parecida a papá, y él se ríe así, con fuerza, desde adentro, del corazón… Recuerdo que cuando era niña mamá contaba una anécdota: si mi bro estaba durmiendo y papá empezaba a reírse, mamá decía ¡bebé dormido! y él cambiaba su risa a estilo perro pulgoso como en "mute" para no interrumpir su sueño; yo no tengo tanta suerte para modularlo, (igual y se debe a que aún no tengo hijos y no convivo con lo complicado que puede ser despertarlo) pero aplico mano en la boca y procuro respirar profundo hasta que pase la necesidad de la carcajada, después de eso junto los dientes y aprieto rezando que eso amortigüe el sonido.

Muchas veces me he metido en aprietos por el pequeño escándalo que hago, una vez como a los 15 fuimos a comer mamá, papá, mi bro y yo, al terminar fui con mamá al wc, el local era un rectángulo grande estilo bodegón, los baños estaban ubicados justo en el medio de la pared del fondo haciendo línea recta con la puerta de entrada, las mesas estaban a los lados de ese pasillo grande formando una especie de pista de baile, el caso es que comenzando nuestro regreso a la salida iba sosteniendo a mamá del brazo, la gran ventaja es ella iba medio paso delante de mí, ninguna de las dos se dio cuenta del escaloncito que estaba por venir, mamá tropezó primero, ahí en plena mitad del restaurante donde la visión periférica de las mesas era abrumadora, afortunadamente como yo apliqué el jaloncito no se cayó, el problema fue cuando yo también me tropecé y entonces la aventé con la misma fuerza hacia adelante, ella trastabilló, yo di dos pasos rápidos medio atolondrados, mamá lo que más quería era salir rápidamente del lugar sin ser vista, pero no contaba con mi risa, como resultado a ese “te caes, me caigo, no me caigo, ¿q rayos pasó?” solté soberana carcajada nerviosa que todas las mesas voltearon a ver los 2 cuerpecitos endebles que todavía buscaban hacer equilibrio, basta decir que nos ganamos las risas de varios e incluso papá que ya estaba afuera pudo oír con claridad mi “pequeña expresión”.

Otro ejemplo memorable de cómo un oso ajeno se puede convertir en propio me pasó en primero de secundaria, el edificio tenía a los primeros en el tercer piso y a los terceros en el segundo, so debíamos pasar enfrente de ellos todas las veces. Nuestro horario de educación física era justo antes del recreo, así q debíamos regresar rápidamente para sacar el dinero, el lunch, tomar agua y medio asearnos antes de que cerraran el salón. Y ahí vamos 3 de las 5 mosqueteras que éramos en ese entonces, Concha iba a la cabeza lo más rápido que podía y Biux y yo con nuestra respectiva lentitud nos esforzábamos por seguirle el paso, pero hombre veníamos de correr como locas así que no estábamos precisamente frescas, en su desesperación por apurarnos se para en la escalera justo enfrente de los terceros y nos grita a todo pulmón “¡Apúrense que nos van a cerrar el calzón!” basta decir que como estábamos a punto de salir al recreo ya teníamos una cantidad considerable de compañeros viéndonos subir, Concha puso muy pálida primero, reaccionó, cambio a roja, y salió corriendo como loca, y claro mi reacción fue exactamente como la temí, soberana carcajada que atrajo todavía más compañeritos preguntando qué había pasado. Después de eso tuvimos que usar la otra escalera por un buen tiempo, pues cuando nos veían burlaban mi risa y preguntaban si íbamos con buen tiempo.

El fin pasado vinieron a casa las familias para una cena de inauguración bastante atrasada, sentada entre los primos de JC oía como molestaban a “la Vermix” por su risa, (una guapa adolescente muy madura para su edad que busca verse más guapa aún pero que tiende a gruñir al final de la risa) y me sentí tan identificada que le dije que no temiera, no es lo más malo del mundo gruñir al final de la risa, que incluso a mi me pasaba, no sé si eso haya sido consuelo o más bien una sentencia de lo mal que se puede poner el asunto, sin embargo bastó para que la dejaran de molestar por eso porque ya sería como burlarme a mí también y una de las ventajas de andar con uno de los primos grandes es que ganas cierto respeto de los chicos.
Al final de la noche nos quedamos jugando Pictionary y en uno de esos dibujos apresurados que haces los cuales no tienen nada que ver con la realidad soltamos todos la carcajada y curiosamente hice el gruñido, de inmediato me dijeron ¡¡es cierto!! Y yo pues si a poco creían que no?, obvio todos se rieron de mi gruñido y fue la oportunidad perfecta para reírme aún más, pero lo que más me gustó fue su carita como de no estoy sola, después de todo no soy la única que hace ruidos raros al reír.

Recuerdo cuando tenía su edad, recuerdo incluso lo mucho que me costó reírme con soltura ante mis amigos, lo mucho que me apena aún hoy cuando alguien me dice que me rio muy fuerte o hacen alguna burla de eso, poco a poco con el paso de los años fui apagando esa risa, buscando un sustituto que no fuera tan escandaloso, pero empezó a sentirse falso y prefería reír menos a reír sin ganas, hace poco en la oficina dijeron que se iban a reír como yo… y cuando lo hicieron me sentí expuesta, creo que esta característica única es todavía una de las fibras sensibles de mi ser.

Sin embargo las cosas cambian, y cada día es una nueva oportunidad de aprender algo, hace poco le pregunté a JC que guardaría de mí si muriera, si Dios le permitiera tener un recuerdo intangible de mí que pediría… y él me dijo “me quedaría con tu risa” y yo: “no, ya en serio, ¿con mi risa?” Y él respondió: “si, con tu risa, la guardaría en un cajita para que cada que me sintiera triste la abriera y oírte me hiciera sonreír”, simplemente me dejó sin palabras, me hizo sentir un abrazo cálido y tierno sin tocarme, me movió muchas cosas que ni siquiera sabía que tenía atoradas, me hizo sentir amada, completamente feliz.

Es cierto, pasé muchos años de mi vida sintiendo pena por la carcajada pero pensándolo bien, JC tiene toda la razón, recuerdo la risa sonora de mi papá y no me molesta en lo más mínimo, me hace sentir alegre saber que él esta riendo, se oye tan auténtica, tan entregada, del fondo del corazón, y bueno si somos tan parecidos, debo sonar un tanto como él.

Como dice y escribe una personita a la que admiro mucho y me encanta que se ríe de todas las tonteras que le cuento, que me lee aunque no me escriba nunca nada, que ha sido la más maravillosa de mis primas (jaja, es la única directa) y que sabe comprender la magia de cada amanecer El día más inútil es aquél en el que no hemos reído”. Así que gente me seguiré riendo a carcajadas.

Esta entrada es para mis amigos, aquellos que han tenido que soportar mi peculiar ruido, aquellos que pasaron osos por mi culpa, aquellos que día a día me dejan ser como soy, a mi daddy, que me hizo casi casi a calca suya y a quien le debo mi característica única, a la fea, quien me regala siempre el sonido de su reír y especialmente a ese hombre que me ha cambiado la vida, que me vuelve loca de felicidad y de histeria, que me hace sentir como “la femme de sa vie” (jeje), a mi hombre, que me hace sentir afortunada de tener esta risa carcajada…
A ustedes ¡gracias!.

martes, noviembre 10, 2009

Y bien lo decía Bécquer...

Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró.

Yo voy por un camino; ella, por otro;
pero, al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día?
Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?

Gustavo Adolfo Bécquer

Y así vamos por el mundo esperando que sea el otro quien diga yo, a pesar del gran amor que sintamos no nos llena el reconocer que somos el que más amó.

A veces me pregunto si el orgullo se podrá erradicar, si un día no importará si fuiste tú quien abrazo primero, si soy yo quien besa al final, quisiera que lo único que se recuerde es que se vivió el amor, cuando se sintió, que fue intenso, que fue real, y no que pasamos la vida calculando quien de los dos amaba más.

lunes, noviembre 09, 2009

"Creo que deberías irte..."

El fin de semana estuvo fantástico, justo lo que necesitaba para cargar pilas, levantarse después de las 10 de la mañana, husmear el refri para decidir el menú del día, programar salidita en la noche con los cuates y un poco de vida familiar ya entrada la tarde para ver como andan los padres y hermanos. Pero definitivamente lo mejor del fin de semana fue aprovechar el clima nublado y medio lluvioso que tuvimos quedándose en cama hasta tarde y viendo televisión al lado de ese peludo delicioso que vive conmigo.

Entre las varias pelis que volví a ver (si, todas repetidas de alguna otra vez, bendito HBO, Movie City y Películas ID) hubo una que de verdad me llegó, de esas cosas que de pronto algo conocido puede mostrarse completamente nuevo; en pantalla Ryan Reynolds le explica a su pequeña hija de 10 años su complicada vida amorosa, las mujeres que pasaron por su corazón dejándola adivinar cuál de ellas resultó ser su madre (Definitivamente, Tal Vez; Abril 2008), sin embargo lo interesante es el momento en el que Isla Fisher recibe el preciado cuaderno de su padre, el cual Reynolds tuvo en su poder por años a pesar de que sabía lo mucho que ella lo añoraba y así, sin más, sin dejarlo explicar porque rayos a pesar de ser su amigo y saber lo que significaba para ella lo había conservado en secreto durante tanto tiempo, sin dignarse a oírlo, sin pensarlo un momento siquiera simplemente le suena la frasecita del principio: “Creo que deberías irte”…

La película a fin de cuentas se resuelve como todo rollo meloso de Hollywood, al ser comedia romántica no podían terminar la historia en pleno ojo de Remi, pero me pregunto cuantas veces no pasa tan afortunado suceso en la vida real… “El hambre me tira pero el orgullo me levanta”… conocidísima frase que en lo personal siento como patada de mula, ¿cómo es posible que si quieres a alguien no des la mínima oportunidad de que explique lo que pasa?, ¿O de detenerte para arreglar las cosas? ¿O de morderte la lenguota para no seguir picándose veneno por una tontería? Cierto hay muchos corazones huecos que se aprovechan de los sentimientos de los demás pero también hay mucha gente que se muere de amor y por el orgullo de ambos simplemente lo dejan pasar, se duermen enojados, no se permiten llamar, no quieren ser el primero en hacer contacto.

Irme??? Estás bromeando?? No me voy a ir jaja.- debería haber respondido el personaje, pero obvio se levanta y se va para darle más drama al asunto, y cuando aplico esto a la vida real me pregunto ¿cuántas veces habrá sucedido?, ¿cuántas relaciones se habrán terminado por un malentendido que no se permitió aclarar?, incluso las novelas locas lo retratan con total facilidad, ahí tienes a los vendedores de autos que de buenas a primeras pasaron del besito picaron a pelearse a muerte por el chisme que alguien más inició y ella en su papel de ofendida simplemente no quiso hablar más del tema, que me disculpen pero si esa situación se presenta sería bueno darle la oportunidad de afrontarlo, mínimo para que si es cierto le pueda uno gritar a la cara todo lo que se merece don tipo ese.

Pero no, enamorada hasta las manitas y enamorados ellos también simplemente se mandan a pasear, “creo que es mejor que te vayas”, “no hay nada de que hablar”, “no tengo nada que decir”, caray si se te nota en la cara que estás a punto de llorar, que te está llevando el cohete espacial…Sería más fácil decir oye yo siento que… ¿quién quita y el otro se siente igual?…

Con esto no quiere decir que el otro se acomode en sus laureles y se dedique a recibir y recibir, porque si solo lleva una vía el amor se acaba quedando en un solo lado, pero si los dos son testarudotes y se quieren hacer los muy fuertes pues entonces ya nos llevó pifas, mamá dice que en alguien debe caber la prudencia, cierto, pero en alguien cada día, los dos por igual unas veces en uno y otras en el otro se debe presentar; sino que jodida para el prudente y que paseo para el que se deja querer, ambos, comprometidos en el amor deben dar su brazo a torcer.

En algún momento alguien me envío una cadena con el claro mensaje de vivir mi amor, fuera lo que yo quisiera que no esperara a que el otro me lo diera; si quieres un beso dalo, si quieres un abrazo camina tú la distancia, si sientes el amor dilo, lo peor que puede pasar es que no pase nada, que el otro no sepa corresponder, pero de cualquier forma el quedarte sin hacer nada solo te asegura que la posibilidad se extinguió. Y hacer algo te da la certeza que tu vida la decides tú.

martes, noviembre 03, 2009

La Mudanza

Tres días y medio, cuatro personas, veintiocho cajas y más de quince bolsas de basura se necesitaron para mudar 50 años de historia. En tan sólo eso se redujo Su vida…
Llegamos el sábado temprano, después del primer alimento y la respectiva lavada de dientes era hora de poner las manos a la obra… Me comisionaron con mi fiel escudero a la misión más difícil, no tanto por el tamaño sino por el contenido… debía encargarme de Su habitación.
Ver sacos y pantalones de nuevo ya sin su olor, no fue tan difícil, al prepararlos para las cosas a donar imaginaba que aquéllos trajes que alguna vez le lucieron tan bien y lo pintaron a mis ojos como la imagen de elegancia en un hombre, le serían de mucha ayuda a alguien más, siempre los mantuvo en perfecto estado; los suéteres fueron un poco más complejos, me recuerdo de niña corriendo a su cuarto en busca de dos o tres que eran mis favoritos y probándomelos, soñando con ser mayor para poder usarlo con unos jeans y unas botas… también tuve que dejarlos ir, el calor del lugar donde vivo seguía siendo impedimento para cumplir ese sueño y ahora ya no podrían esperarme guardados en el ratón como lo hicieron durante estos quince años de visitas intermitentes…
Sus burós fueron fuente de asombro y risas para nosotros… Medicinas que caducaron en 1987, lentes de contacto de cuando mi mamá era soltera, un Mickey Mouse que logró sobrevivir casi cuarenta años, lentes de la abuelita que había dejado olvidados y juraba que se los habían robado, una cantidad de vendas capaz de servirnos de disfraz de momia a JC y a mí para el halloween de primos (lástima que no lo pensé antes de desecharlas), zapatos casi nuevos y sus huaraches de toda la vida, esos que tuvo que usar como un año seguido después de que le rompí la uña por caerle de cabezota en el pasamanos cuando era pequeñita.
Los archivos… vaya, uno sí que guarda una cantidad ridícula de papelitos, notas de consumo, (Vips debería darle un premio póstumo de fidelidad, aparte de reconocimiento como socio capitalista incógnito jaja) miles de teléfonos sin ningún nombre, estados de cuenta de Banamex (lo cual no me asombraría si no fuera porque canceló su trato con ese banco hace más de diez años), la historia médica completa de la abuelita desde su infarto hace veinte años; cincuenta y cinco radiografías que no supe donde reciclar.
Horas enteras clasificando su vida, lo que se dona, lo que se tira, lo que se regala a la familia, lo que se conserva… ¿Y quién soy yo para determinar eso? Somos muy aprensivos con la vida, conservando una cantidad inconmensurable de artefactos, papeles, ropa, enseres, recuerdos… cosas que solo nosotros podremos darle valor y al no estar para explicar ese valor serán basura al ojo de alguien más.
Tuvo sus ventajas empanizarnos con ese polvo almacenado, encontré tesoros invaluables, fotografías de la familia de bodas y eventos especiales, ese papel mate y la ausencia de sonrisa les da cierto aire de solemnidad que no logro definir como gusto o suplicio; notitas de mis padres cuando era pipiolos y su amor era intenso y tormentoso cual adolescentes, el famoso hongo de chocolate que papá le regaló a mamá y ella conservó durante treintaiocho años (ahora si por miedo a que se derritiera lo tuvimos que dejar), las misivas de cortejo intercambiadas entre mis abuelitos en sus años mozos, las escrituras de la casa que se habían dado por perdidas después de que un tío las pidiera de aval, el carnet de paso para que el abuelito pudiera entrar a Estados Unidos a trabajar en el ferrocarril, la “cartilla” de mi bisabuelo de 1897 y un acta de acuerdo original que data de 1905, además de ese libro de himnos que me hizo sentir tan cerca de él, justo en la página que lo abrí el himno que le recuerdo cantar vestido de traje gris obscuro en plena Iglesia.
Lo mejor de todo, y la verdad es que lo más doloroso también, fue encontrar mis propias cartas; esas que le escribí durante 20 años, desde pequeñita hasta ya entrada la carrera, donde le decía que lo amaba, que le extrañaba, que se mudara conmigo, recordar cuando las escribí y la ilusión que tenía de que se volvieran realidad y él se decidiera a cambiar de aires… Cuando se fue, tenía miedo de que no hubiera sido suficientes mis expresiones de amor, que él no lo supiera, que yo no le hubiera dicho todo lo que sentía, me daba miedo porque ¿cómo puedes expresarle a alguien tu profundo amor, respeto y admiración?, ¿cómo defines la marca que ha dejado en tu vida?, ¿Cómo estar seguro de que le hiciste saber justo lo que sentías?, no creo q todo el cariño que le tengo pueda algún día ser expresado en palabras, sería limitarlo, definirlo, y la verdad prefiero sentirlo; sentir como me llena el pecho al pensar en Él, como me ilumina la sonrisa al recordar nuestras travesuras, como el calor de mi alma crece al nombrarlo… la gran ventaja ahora, es que al sólo ser espíritu él sabe justamente lo que significa para mí.
Tres días y medio se necesitaron para mudar 50 años de historia, pero ni todo el tiempo de mi vida bastará para borrarlo…
Te amo y te pienso… sigo extrañando que me abraces de vuelta…
Abuelito: Firmes y adelante!!!