La gente se vuelve loca en Diciembre. No hay manera de entrar a un centro comercial, una plaza, una tienda, es más hasta el oxxo está atestado; filas para todo, desde comprar papel higiénico hasta salas y automóviles, y ni hablar del tráfico, parecemos estacionamiento gigante en las principales avenidas… el aguinaldo trastorna gravemente nuestro psiquis: histéricos (porque no ha caído), eufóricos y desmedidos (ya llegó), deprimidos y preocupados (se acabó antes de lo planeado).
Sin embargo veamos el lado amable…. Llega el fin de año y con él las lucecitas, los adornos, las cenas en familia y las reuniones con amigos, sacando el consabido gasto para el intercambio de regalos, la ropa, el arreglo de la casa, los que vayamos a beber y el estrés que genera en sí el hecho de cenar toooda la familia junta en un solo horario nos queda eso que muchas veces obviamos pero es realmente el centro de todo… la convivencia con la gente.
Ya sea que nos sentemos a la mesa con un pedazo de pan y un chocolate, que pongamos área de buffet para que cada quien se sirva o que planeemos cuidadosamente cada plato para que no falte ni el pavo, ni la pierna, ni el ponche o la ensalada, lo más importante será agradecer el estar todos reunidos o al menos todos presentes en ese momento. Esa es la idea de celebrar la fecha… reunirnos con los que amamos para dar gracias por tenernos.
Así que hagamos el recuento, sin importar mucho si te has puesto las mejores garras del armario o lograste comprar algo antes de que las ventas nocturnas dejaran las tiendas de cabeza lo importante será ver los rostros de las personas, de tus personas… de aquéllos que han hecho la diferencia en la vida, de ese ser que ves despertar todas las mañanas y te parece absolutamente hermoso aunque esté despeinado y ojeroso, de la familia que te vistió, alimentó y te inculcó todas las mañas psicóticas que a veces alucinas pero que las más te han servido para sobrevivir en la jungla de la vida real, de los amigos que te conocieron con las rodillas raspadas, los brakets bien puestos y las modas pasadas, de los que secaban tus lágrimas y te provocaban carcajadas con la misma facilidad, de los que te apoyaron cuando decidiste estudiar la carrera y buscaban empedarse contigo cada día de la semana, de aquellos que son hermanos aunque no compartan la misma sangre y amigos más allá de ser familia.
El rostro de los amigos que con maleta en mano se fueron a recorrer el mundo contigo y no se rajaron cuando de probar cosas nuevas se trataba, el de aquellos que siempre te impulsan a sacar lo mejor de ti, el de esa personas que te confeso su secreto o el de quien te admira así como eres, el de quienes saben exactamente qué hacer para enojarte o contentarte y lo usan a su conveniencia, el rostro de aquellos que no se pueden definir pues no tienen una época o un lugar determinados, simplemente los ha adoptado tu corazón aunque se hayan marchado o sigan contando pato aventuras a tu lado.
El rostro de los amigos que con maleta en mano se fueron a recorrer el mundo contigo y no se rajaron cuando de probar cosas nuevas se trataba, el de aquellos que siempre te impulsan a sacar lo mejor de ti, el de esa personas que te confeso su secreto o el de quien te admira así como eres, el de quienes saben exactamente qué hacer para enojarte o contentarte y lo usan a su conveniencia, el rostro de aquellos que no se pueden definir pues no tienen una época o un lugar determinados, simplemente los ha adoptado tu corazón aunque se hayan marchado o sigan contando pato aventuras a tu lado.
Y si no llegaras a verlos, pensarlos, en lo mucho que cada uno de ellos te dio, en lo que tú les has dado… en la gran oportunidad que tenemos cada día que nos levantamos y podemos hacer la diferencia en nosotros mismos o en alguien más…
El espíritu navideño debe llevarse en el rostro, para sonreír a las personas con quienes compartamos las inmensas filas (o al menos a algunos de ellos porque con tanta gente uno puede sufrir parálisis facial), en la voz, para cuidar ese tono con el que les hablamos a los demás (las formas mi talón de Aquiles), en la piel, para dar un abrazo, un beso, una caricia que marquen la diferencia (All you need is love), pero sobre todo en el corazón para agradecer la infinita fortuna de estar aún aquí y tener con quien compartirlo, Gracias papá Diosito!!!
La navidad llegó y la navidad se irá… pero las personas, ellas seguirán rodeándote todo el año (mientras vivas jajaja así que aprovéchalo)…
Merry X-Mas!!! Happy New Year!!!
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